viernes, 18 de julio de 2008

Alma Máter

Según la Wikipedia, si de mis clases de latín recordase algo más que "rosa, rosae", sabría que Alma Máter significa "madre nutricia", originalmente referida a la diosa madre, Venus para los romanos, Afrodita para los griegos y más tarde encarnada en la Virgen María con el auge del cristianismo. Puesto que ese era el lema de la universidad más antigua del mundo, la de Bolonia, la frase pasó a referirse, en muchas lenguas, a la universidad en la que uno se educó.




En Columbia, Alma Máter tiene un significado más literal. Frente a la entrada de la biblioteca central hay una escultura conocida por ese nombre que se ha convertido en el símbolo principal de la universidad. Curiosamente, la intención de su escultor, Daniel Chester French, era representar a Minerva (Atena para los romanos). Siendo taxidermista, se le ocurrió esconder un pequeño búho entre las faldas de la diosa. Ésto derivó en varias leyendas que hoy en día siguen contándose por el campus.



La más famosa es que, cada año, el primer estudiante de la nueva clase que encuentre el búho será el mejor estudiante de su generación (valedictorian, en inglés). Similarmente, la primera joven de Barnard College (una facultad de artes asociada a Columbia, sólo para mujeres) que lo encuentre se casará con un estudiante de Columbia. Se nota que Columbia es una universidad antigua en muchos sentidos.

jueves, 17 de julio de 2008

Transylvania Mania

¡Hoy me ha tocado la lotería! ¡De verdad! Pero sigo igual de pobre. Era una lotería que hacen en casi todos los musicales de Broadway para poder comprar asientos de primera fila a precio de gallinero ($27 por entrada). Te presentas tres horas antes del comienzo de la función y pones tu nombre en un papelito que meten en una cubeta. Una hora después (dos horas antes de la función), sacan unos cuantos papelitos al azar y, si gritan tu nombre, tienes algún documento de identificación y suficiente dinero en metálico para pagar el billete en el acto, un par de horas después estarás sentado viéndole la nariz por debajo a los actores. Es la segunda vez que lo intento, y la segunda que me toca (la primera vez fue para ver Avenue Q, de lo que hablaré otro día).




Pues el musical que he visto era "Young Frankenstein", y ha sido espectacular. La película en la que está basada, también dirigida por Mel Brooks, es divertidísima, pero ver la obra en directo, y sobre todo en primera fila, es mucho más impresionante. La orquesta justo a tus pies tocando la música en directo, el director a unos pasos sincronizando a los músicos con el desarrollo de los actores, el escenario cambiando cada par de minutos sin casi darte ni cuenta, y los actores. Nunca he entendido mucho de interpretación, pero cuando uno tiene la suerte de ver en directo a un actor profesional (de los buenos, quiero decir), un par de movimientos y un gesto o una mirada son suficientes para explicar cómo es el personaje al que representan.




Y si al mismo tiempo bailan con esa gracia de los musicales de Broadway, mientras algunos de ellos cantan casi como barítonos, es normal que te pases la mitad del tiempo con la sonrisa en la boca. Los vídeos que he encontrado no le hacen honor al musical, pero dan una idea:

miércoles, 16 de julio de 2008

Probando mail-to-blog

Este texto esta escrito desde el movil, y por eso no tiene tildes. La foto es del ultimo pelado completo que me hice, y aprovechando la circunstancia, Sherry estuvo jugando a peluquera de postin.

lunes, 14 de julio de 2008

Niños escultores

Junto a la Catedral de San Juan el Divino (la más grande del mundo si no se cuenta la Basílica de San Pedro), en Amsterdam Ave. a la altura de la calle 111 hay un pequeño parque en el que lo primero que llama la atención es la gigantesca escultura central. Es una mole de bronce de más de 12 metros de alto que representa varias figuras míticas, una doble hélice de ADN y las
caras humanizadas del Sol y la Luna.

Al acercarse, un pequeño grabado explica que las otras esculturas del parque están hechas por niños de secundaria. Desde 1985, cada año un panel de expertos elige 12 figuras en barro esculpidas en los colegios e institutos de la ciudad, las copian con un molde en bronce, y las colocan en un rincón u otro del parque. Las 24 figuras de los dos primeros años, de unos 20 o 30 centímetros de alto, están alrededor de la mole central, y las demás están repartidas por todo el parque, que no es demasiado grande.



Algunas de las estatuillas muestran verdadero talento, mientras que otras están ahí por tener cierta gracia o ser más ingeniosas.


Las más impactantes representan personalidades universales, como John Lennon, Gandhi o Goya. Sobre este último, la leyenda de la incultura estadounidense no perdona, y el texto que la acompaña dice que pintó escenas trágicas de la Guerra Civil Española. Aunque, cuando estabas en secundaria, ¿sabías distinguir entre la Guerra de Independencia y la Guerra Civil Estadounidense? Yo tampoco.