jueves, 17 de julio de 2008

Transylvania Mania

¡Hoy me ha tocado la lotería! ¡De verdad! Pero sigo igual de pobre. Era una lotería que hacen en casi todos los musicales de Broadway para poder comprar asientos de primera fila a precio de gallinero ($27 por entrada). Te presentas tres horas antes del comienzo de la función y pones tu nombre en un papelito que meten en una cubeta. Una hora después (dos horas antes de la función), sacan unos cuantos papelitos al azar y, si gritan tu nombre, tienes algún documento de identificación y suficiente dinero en metálico para pagar el billete en el acto, un par de horas después estarás sentado viéndole la nariz por debajo a los actores. Es la segunda vez que lo intento, y la segunda que me toca (la primera vez fue para ver Avenue Q, de lo que hablaré otro día).




Pues el musical que he visto era "Young Frankenstein", y ha sido espectacular. La película en la que está basada, también dirigida por Mel Brooks, es divertidísima, pero ver la obra en directo, y sobre todo en primera fila, es mucho más impresionante. La orquesta justo a tus pies tocando la música en directo, el director a unos pasos sincronizando a los músicos con el desarrollo de los actores, el escenario cambiando cada par de minutos sin casi darte ni cuenta, y los actores. Nunca he entendido mucho de interpretación, pero cuando uno tiene la suerte de ver en directo a un actor profesional (de los buenos, quiero decir), un par de movimientos y un gesto o una mirada son suficientes para explicar cómo es el personaje al que representan.




Y si al mismo tiempo bailan con esa gracia de los musicales de Broadway, mientras algunos de ellos cantan casi como barítonos, es normal que te pases la mitad del tiempo con la sonrisa en la boca. Los vídeos que he encontrado no le hacen honor al musical, pero dan una idea:

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